El último informe de Bain & Company revela un dato preocupante: la sostenibilidad ha dejado de ser prioridad para muchos CEO a nivel global. Temas como la inteligencia artificial, el crecimiento económico y la incertidumbre geopolítica están desplazando las metas climáticas, generando preocupación tanto en el ámbito ambiental como en la viabilidad financiera a largo plazo. ¿Cómo es posible que algo tan urgente como el cambio climático haya pasado a un segundo plano?
Desde la perspectiva periodística, esto plantea una pregunta inevitable: ¿Estamos frente a un retroceso o simplemente a una pausa? Al conversar con líderes empresariales y revisar los movimientos del mercado, pareciera que las empresas se ven atrapadas entre cumplir con sus compromisos sostenibles y sobrevivir a la presión económica. Pero, ¿es realmente necesario elegir entre ambas? Los expertos, como Jean-Charles van den Branden de Bain, hablan de un “realismo pragmático” que ha reemplazado el entusiasmo inicial por la sostenibilidad. Sin embargo, para muchos, este cambio suena más a resignación que a estrategia.
El costo de no actuar a tiempo
Es aquí donde entra una advertencia clave del informe: si la temperatura global sube 2 grados, el impacto económico será devastador. Empresas del S&P 500 podrían perder hasta 6 billones de dólares en valor. Un golpe que afectaría no solo a las grandes corporaciones, sino también a la economía global. Entonces, ¿por qué no están actuando con la urgencia necesaria? Muchas compañías están reconsiderando sus promesas climáticas, ajustando metas y plazos, lo que parece una estrategia para ganar tiempo, pero ¿hasta cuándo pueden permitirse esa espera?
Es importante no perder de vista el contexto actual. La Semana del Clima en Nueva York, celebrada en septiembre, que nos recordó la importancia de seguir empujando los compromisos ambientales. Mientras los líderes mundiales discuten políticas, muchas empresas siguen rezagadas. Datos recientes del Carbon Disclosure Project revelan que el 30% de las compañías no están cumpliendo sus metas de reducción de emisiones, y esto afecta no solo a sus operaciones directas (alcances 1 y 2), sino también a toda su cadena de valor (alcance 3). En otras palabras, el impacto ambiental de sus productos y servicios sigue siendo elevado.
¿Quién pierde con este retroceso?
Pero no se trata solo de números y gráficos. Este retroceso en la sostenibilidad afecta directamente a las personas, en especial a las más vulnerables. Un ejemplo claro lo tenemos en los países afectados por desastres naturales cada vez más frecuentes y destructivos. En Colombia, hemos visto cómo comunidades enteras quedan devastadas por inundaciones y sequías extremas, problemas que, aunque parecen aislados, están ligados al calentamiento global. ¿Qué hacemos cuando las grandes empresas, que tienen los recursos para marcar la diferencia, deciden postergar su acción climática?
Las respuestas no son sencillas. Pero sí es claro que el mercado está comenzando a demandar más compromiso. Los consumidores, cada vez más conscientes, esperan que las empresas actúen de manera responsable. Un estudio reciente muestra que el 61% de las personas siente que el cambio climático ha empeorado en los últimos dos años. Y aquí surge otra pregunta crucial: ¿Las empresas realmente están escuchando a sus clientes? Según Bain, un 50% de los compradores corporativos pagarían más por productos sostenibles. Si los CEO no reaccionan, ¿quién lo hará?
El rol de la tecnología: ¿Una solución o un nuevo problema?
La inteligencia artificial y la tecnología emergente tienen el potencial de ser aliadas en la carrera hacia la sostenibilidad. Sin embargo, hay que tener cuidado. Si no se gestionan bien, pueden terminar agravando el problema. No es suficiente adoptar tecnología de punta; es vital asegurarse de que no empeore la huella de carbono. Lo que Bain propone, y aquí es donde muchos CEO deberían prestar atención, es que la tecnología puede ser una gran herramienta para acelerar la sostenibilidad. Pero para lograrlo, se necesita una estrategia clara y un compromiso real.
¿Esperanza o retroceso?
En resumen, el informe de Bain & Company pone sobre la mesa una realidad incómoda: la sostenibilidad ha perdido terreno entre las grandes empresas. ¿Es esto un retroceso inevitable o simplemente una pausa? Como periodistas, nuestro deber es seguir preguntando, seguir exigiendo respuesta, además de seguir visibilizando aquellos que lo hacen bien con el objetivo de inspirar a otros. Las empresas tienen una responsabilidad enorme y el tiempo apremia. Como sociedad, no podemos permitir que los compromisos climáticos queden relegados. Y como periodistas, tenemos el deber de mantener la conversación viva, porque al final, los costos de no actuar los pagaremos todos.
Llamado a la acción
Es por esto que desde CECODES, en línea con la Red de Periodistas por el Desarrollo Sostenible, proponemos una mirada integral en donde las nuevas tecnologías, las tensiones geopolíticas y otros asuntos que pretenden ser más importantes, también hacen parte de lo que llamamos una estrategia de sostenibilidad alineada al negocio. El objetivo final siempre será asegurar la sostenibilidad a largo plazo de la empresa. Lo demás serán desafíos que se tendrán que afrontar con visión de oportunidades, como se propone en la Visión 2050 Colombia. Si quieres escribir sobre temas de sostenibilidad para el portal web de la Red de Periodistas por el Desarrollo Sostenible, escríbenos al correo redperiodistas@cecodes.org.co